por JAIRO
RESTREPO RIVERA
Se puede decir o entender que una
tecnología es de dominio social, cuando para generarla han participado
directamente los campesinos con su sabor, saber y creatividad colectiva, a
partir de sus propias necesidades y problemas reales. Por lo tanto, su disponibilidad
se constituye en lo mínimo, en un acto de disfrute solidario entre los que han
participado en el ejercicio de su creación o invento.
La ley aplastante del mercado globalizado, es
hacerle la vida imposible a toda comunidad campesina que trabaje con
simplicidad y creatividad colectiva cualquier tecnología que fácilmente sea
decodificada o descifrada, para su apropiación y divulgación en el medio rural,
pues la misma, en la lógica del capitalismo agrario, es fundamentalmente
peligrosa por las siguientes razones:
Porque tanto los medios de producción como la
propiedad de la tecnología son de control social.
Porque no se puede convertir en código de
barras o una patente de manipulación social para engordar el capital
agroindustrial.
Porque dentro de aquello que el capitalismo,
mal llama las leyes del mercado, no genera dependencia y sed de consumismo.
Porque no demanda ni depende ninguna asistencia
tecnológica especializada o compleja, todo el trabajo se hace desde la lógica
de la simpleza y el sentido común.
Porque los recursos para su desarrollo son
socialmente locales y obedece los ritmos culturales de cada comunidad.
Porque al fomentar todas las posibilidades del
intercambio social, como el trueque productivo, la investigación colectiva, el
éxito de los resultados y la transmisión de los logros, se vuelven nómadas, o
sea, trascienden fronteras sin ningún control económico, velocidad, tiempo y
espacio social.
Porque se convierte en un motor generador que
impulsa y estimula constantemente la generación de nuevos inventos y actos
creativos; donde la intensidad de la oferta de servicios tecnológicos tiene sus
límites de acuerdo a los impactos sociales que se puedan generar.
Por que se convierte en sistemas abiertos de
comunicación y de intercambio colectivo, fortaleciendo las capacidades
creativas de la gente local para resolver sus propias dificultades tanto
individuales como colectivas, principalmente a partir de sus propios recursos y
desarrollo local.
Porque la mejor manera de resolver cualquier
situación llena de obstáculos, aparentemente sin ninguna solución desde el
abordaje individual, se logra solucionar con la cooperación grupal; donde lo
colectivo tiene combustible y fuerza propia para encontrar las salidas más
rápidas y sensatas a cualquier problemática en el medio rural o urbano.
Porque reconstruye el tejido de una
memoria colectiva que se hace indestructible de generación en generación;
manteniendo viva las expectativas que se generan, a partir de la posibilidad de
soñar y participar en la construcción de un mundo nuevo, con tecnologías a
disposición de la protección de la sociedad y la vida por encima de cualquier
interés y manipulación económica.
Porque lo que no tiene control o manipulación,
se vuelve revolucionario y constantemente transformador de cualquier situación
negativa que no permita el avance de la libertad social, para construir un
estado ideal del ser, para que el mismo se disfrute con dignidad y felicidad.
Finalmente, el milagro de la vida,
independientemente de cualquier racionalidad, espacio y tiempo donde sea
posible; consiste en el ejercicio de la cooperación, la endosimbiosis, la
armonía, la donación y en el entendimiento natural de lo que el otro hace; pues
hay que asumir la responsabilidad de respetar el papel integrador e
interdependiente de todos, en la construcción del caldo vivo y colectivo que es
la vida; de lo contrario, la ciega razón del egocentrismo sin límites del
actual modelo capitalista industrial y de consumo que se impone, en un espacio
limitado como es la tierra, continuara por el camino de la destrucción;
acortándole sin exclusión, a todas las generaciones humanas, lo que podría ser
el disfrute infinito de un mundo naturalmente animado, bello y lleno de
felicidad comunal.
“No existe actitud más
revolucionaria que un consumidor que deja de comprar un refresco y una
hamburguesa; o un campesino que no dependa de un cajero en el mercado
para comprar un costal de materia orgánica para producir sus
alimentos con excelente calidad”.
“Si hambre es ley, justicia es rebeldía"
Fonte: La mierda de vaca - facebook / blog
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