31 de agosto 2017
por Jairo Restrepo Rivera
Juquira Candirú Satiagraha - Colômbia
“La
agricultura industrial es voraz y ecocida, simplifica la naturaleza,
destruye los bosques, termina con los principios naturales de la
diversificación en masa de la macro y microbiología, contamina y
modifica el curso natural de las aguas, elimina cualquier posibilidad
natural de regeneración de los suelos; destruye y agota de forma
definitiva las posibilidades presentes de poder disfrutar una vida sana y
llena de felicidad, sin confrontaciones y riesgos. De forma definitiva,
el discurso de generaciones futuras solo fue palabrerío y voces de un
pasado lleno de omisiones, cobardía y venta de falsas ilusiones, llenas
de falsos defensores del medio ambiente, filibusteros, estadistas
serviles y políticos corruptos, manipuladores de falsas imágenes eco
verdes”.
Estrategias globales que la agricultura industrial viene
imponiendo actualmente para apoderarse del sistema mundial de la
alimentación y controlar totalmente la humanidad; América Latina un vivo
ejemplo.
• Concentración del poder económico en el medio rural
con la adquisición de tierras a cualquier costo. Expansión del
latifundio industrial en tierras arrasadas a fuego y sangre; apoyados
por las políticas para estatales y militares.
• Expansión e
imposición de monocultivos a gran escala dependientes de altas
tecnologías agroindustriales, subvencionados por políticas de corrupción
oficial. Por ejemplo: cultivos de palma de aceite, caña de azúcar,
caucho y cultivos transgénicos: soja, maíz, girasol, algodón, colza,
etc.
• Simplificación de la cobertura del suelo para producir
cultivos con la masificación de máquinas industriales programadas tipo
robótica, con el mínimo de control o mando humano. El objetivo es lograr
menos de 1% de la población ocupando el medio rural en todo el mundo;
es un futuro no muy lejano. En Europa, existen países que ya nortean la
cifra del 1% de la población solamente viviendo en el medio rural.
• Destrucción de los bosques, implementando los monocultivos para la
producción de materia prima, producción industrial de papel; cultivos de
eucalipto y pino.
• Destrucción de los bosques para el fomento
de la ganadería por expansión y sin fronteras “políticas de
potrerizacion: ejemplo: amazonia colombiana” implementación de
monocultivos de pasturas. Entre el año 2016 y 2017 en Colombia se han
destruido 178.000 hectáreas de bosques nativos para darle paso a la
ganadería extensiva; Vinculada a esta situación en particular; está el
favorecimiento por parte del Estado para la adquisición de grandes
extensiones de tierras por parte del sector agroindustrial, con la
finalidad de monopolizar tanto la producción como la transformación y la
explotación de mano de obra local; creando nuevos cordones de miseria
sub-urbana en cada región deforestada.
• Producción monocultivos
de origen transgénicos en grandes extensiones; con la finalidad de
producir alimentos disponibles a bajo costo y de pésima calidad,
disponibles para una clase mundial miserablemente programada y explotada
en las grandes ciudades y urbes agroindustriales, sin ninguna capacidad
de reaccionar o protestar en las grandes ciudades.
• Alejar
todas las posibilidades de la gran mayoría de la población proletarizada
de adquirir alimentos sanos, diversos y a bajo costos. Aquí la
certificación de la producción orgánica o ecológica cumple o juega su
papel de alianza paraestatal, pues en la actualidad en la mayoría de los
países de América, este instrumento se ha convertido en una herramienta
de control policivo, represivo, fiscalizador y de negocios de forma
oficial, que solo viene a fortalecer el sistema corrupto, decadente,
desactualizado y anquilosado, principalmente del sector agropecuario del
Estado. La certificación de la producción orgánica o ecológica
incrementa los precios de los alimentos en el mercado, haciéndolos cada
vez menos accesibles a la gran mayoría de las poblaciones. Por lo tanto,
la certificación se perfila dentro las nuevas formas del ejercicio de
la eugenesia. La certificación es la imposición de un peaje, donde para
comer de mejor calidad hay que tener dinero (fascismo); mientras que
para la gran mayoría de la población, el mercado y la agroindustria la
única opción que oferta es comer de mala calidad, productos de
experimentación y manipulación genética.
• Oferta estratégica por
parte de la agroindustria de “alimentos” sin energía vital, para el
mantenimiento del dominio de grandes poblaciones; donde el objetivo es
mantener a los consumidores con el estómago inflado y la sensación de
llenura, pero con una desnutrición cerebral programada de forma
sistemática.
• Provocar y programar epidemias de desnutrición a
través de la oferta de alimentos de mala calidad, ofreciéndolos de forma
procesada con residuos de herbicidas, insecticidas, fungicidas,
aditivos y conservantes artificiales perniciosos para la salud;
provocando la manifestación constante de canceres, mal formaciones al
nacer y mutaciones generacionales a corto y largo plazo en la población.
• Fortalecer el vínculo cada vez más estrecho a nivel global entre los
negocios del agro y las farmacias (agrofarmafias). La industria que
domina el sector agropecuario es la misma que domina el sector
farmacéutico. (Relación de uña y mugre al mismo tiempo). Aproximadamente
por cada peso o dólar que una persona tenga destinado para la
alimentación o medicinas, el 67% del mismo dólar o peso va a caer
solamente en las manos de 5 multinacionales.
• Continuar con el
control total de los bancos de germoplasma de semillas a través de los
centros internacionales*, haciendo cada vez más imposible que los
campesinos tengan accesibilidad de forma libre a sus propias semillas.
Persiguiéndolos con leyes, decretos, resoluciones y cárcel. Ver videos
disponibles y titulados en internet “El chicharrón del agro en Colombia”, trata sobre el problema de la tierra en Colombia. Segundo
video, Resolución 9.70 del instituto colombiano agropecuario (ICA),
donde se reprime y prohíbe al campesino por utilizar su propia semilla.
Consúltese también los intereses y los vínculos directos de la fundación Bill y Melinda Gates y El multimillonario mexicano Carlos Slim con el Centro Internacional del Mejoramiento del Maíz y el Trigo en México (CIMMYT), con una inversión de 25 millones de dólares para investigaciones selectivas, en el nuevo complejo de biociencias, inaugurado en febrero de 2013.
• África el “nuevo” destino de la
fundación Bill y Melinda Gates; una vez configurada la dominación de
la humanidad mediante uno de los monopolios más grandes de la
informática a nivel mundial, donde el éxito sutil ha sido controlar
casi que totalmente la función del cerebro de los seres mediante la
simplificación de la escritura como un ejercicio de conexión directa
entre el mecanismo de los dedos para el desarrollo de los trazos y el
sistema de comandos cerebrales; y la eliminación de la lectura, como una
herramienta de interacción directa entre el material escrito y la
reflexión transformadora del lector. Bill Gates, ha creado una sub raza
de sonámbulos, donde ha logrado concluir maquiavélicamente, que una vez
teniendo el control de la comida de la humanidad mediante el control de
las semillas, el enlace es perfecto para el logro del control total del
planeta, mediante el dominio de las relaciones directas que se
establecen entre la calidad de lo que entra en el estómago y la calidad
cerebral. “dime que comes y te diré que pensaras y como actuaras”.
Entonces el continente africano con sedes en Etiopia, Nigeria y
Sudáfrica, se transforma en su nueva sala de biotecnología y
experimentación humana, principalmente con mujeres, niños y jóvenes; con
la disculpa de hacer inversiones humanitarias en la salud, agricultura,
planificación familiar, servicios financieros y vacunas. “Bill Gates,
su idea diabólica la tiene muy clara, la calidad del estómago (alimentos
transgénicos y semillas) determina la calidad del comportamiento
cerebral (informática), el cruce perfecto”.
• Creación constante
de convenios entre empresas e instituciones públicas incluyendo centros
de investigación y universidades, los cuales trabajan bajo la
encomienda del sector privado agroindustrial.
• Desplazamiento de
grandes masas de propietarios rurales medios, pequeños agricultores y
jornaleros rurales hacia los grandes centros periféricos de las grandes
ciudades como una garantía de masa humana disponible a cualquier hora,
para ser transformada en operarios o asalariados explotados en fábricas
de transformación agro industrial.
• Aumento de la velocidad de
consumo y circulación de capital a través de un sistema fácil y súper
controlado de tarjetas de crédito. El nuevo sistema somete las
poblaciones más nuevas a un sistema de esclavitud sin cadenas y grillos,
donde principalmente las personas más jóvenes, llenas de ilusiones,
entregan los mejores años de sus vidas a pagar créditos de necesidades y
comodidades creadas por un sistema de mercado perverso.
•
Imposición global de políticas financieras de alineamiento por
intermedio de los bancos locales, bajo el control de la banca mundial.
Los préstamos a los países más necesitados se hacen bajo el
condicionamiento de servilismo y corrupción estatal, donde los tratados
firmados, como los del libre mercado, hace creer que la libertad
consiste en negar la posibilidad de la igualdad para resolver muchas
situaciones sociales al interior de cada país y donde el fortalecimiento
de la individualidad intenta hacer desaparecer a cualquier costo la
idea de la posibilidad de lo colectivo como un comportamiento natural,
para darle solución a muchos conflictos principalmente socioeconómicos.
• Casi todas las universidades públicas y privadas principalmente las
carreras vinculadas con el sector agropecuario y la medicina trabajan
bajo la encomienda directa de las multinacionales. Esos centros están
convertidos en verdaderos centros de adiestramiento donde solamente
manipulan información al servicio e interés de la industria.
Jairo Restrepo Rivera. Agosto 31 de 2017
Fonte:
La Mierda de Vaca (página facebook) @JairoRestrepoRivera
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