En particular a los campesinos de America Latina
por Sebastião Pinheiro
Volvamos al inicio para entender de verás, pues olvidé de decirles, que no estaba hablando de círculos y circunferencias, que tienen sus áreas planas calculadas por A=2πR2, pero de volumen, donde son necesarias, las modernas impresoras “3D” de los agronegocios, perfectas en las tres dimensiones (longitud, anchura y profundidad), junto con las cuatro fuerzas de la naturaleza (gravitatoria, electromagnética, fuerza nuclear fuerte y fuerza nuclear débil) hacen posible la identificación de un objeto, cuyo valor solo puede ser percibido por dimensiones internas de índole superior, inherentes al desarrollo de los seres vivos y humano en la Naturaleza.
En la sociedad siempre ha existido la pugna entre los “valores” éticos y los mercantiles al servicio del poder, los valores éticos con frecuencia son ignorados o invisibilizados por los valores mercantiles debido a la ausencia de un poder interior o dimensiones extra, en todos los ámbitos, desde la ciencia y tecnología, hasta la fe y el arte.
En las crisis la urgente necesidad de respuestas y soluciones conducen a que, nuevas proposiciones ganen espacio como alternativas. La actual pandemia COVID-19 ha enfrentado a los instrumentos de publicidad, exponiendo las contradicciones y carencias de agronegocios hegemónicos con sus evidentes fracturas en igualdad, fraternidad y libertad, así como su claro retroceso socio-ambiental, cultural y moral.
El inconmensurable valor de la acción ultrasocial campesina (agricultura y producción de la naturaleza) es explícito y de alto riesgo para el poder, nosotros lo desciframos como el biopoder (ultrasocial) campesino, que nos permite identificar y percibir las dimensiones que permanecen ocultas al mercantilismo.
Es tónica de la última tecnología poder copiar todo con fidelidad en una impresora “3D”, su perfección casi total para los seres inanimados, con su volumen de las tres esferas inter seccionadas, donde V=4πR³/3.
Con todo, al tratarse de los seres vivos, que poseen las dimensiones internas y superiores antes referidas que constituyen la “4D”, y son originadas por una transformación de la vida y por poseer una formula única desde el punto de vista del ADN o del medio donde fue producido, no es suficiente para definirla.
Esto es de un poder infinito en la comparación entre calidad, cantidad o cualquier otro parámetro de interés del poder, fe o arte.
Es necesario decir que no existen dos suelos iguales, ni dos yogures iguales, dos huevos o dos semillas en una misma espiga o fruta. De la misma forma que no existen dos microbios iguales en la finca de un agricultor. Su producción en un laboratorio, con la misma cepa, puede ser convencionalmente aceptada como igual por intereses de poder, pero en la naturaleza eso cae por tierra por falta de cientificidad o autenticidad. Para convalidar eso tomemos el “suelo” en sus ciclos biogeoquímicos (Agua, Carbono, Oxígeno, Nitrógeno, Azufre, Fósforo, ETRs y otros) que actúan en arreglo, combinación, integralidad y factorial.
La formación, fermentación, reducción, degradación y reorganización de la Materia Orgánica en el suelo en el tiempo y espacio abriga la vida, metabolismo y autopoiesis en el suelo que sigue el “M7” [Magnetismo Solar, Minerales, Microorganismos, Materia Orgánica, Manejo de la Materia Orgánica por el Campesino, Mística Espiritual de la Naturaleza y Materia Orgánica Saprófita por Sideróforos]. Jamás seres vivos podrán ser evaluados en su totalidad con las “3 D” por la dimensión ocultas que exige la “4D”.
Es obvio que la “industria de alimentos” tiene conciencia de eso y de sus debilidades y busca eludir o ignorar esa realidad por medio de propaganda y publicidad enajenante.
Con todo, la organización y cultura destruyen estos anhelos de forma concreta sin sofisma y es la esencia del biopoder campesino, un valor supremo y único en el tiempo y el espacio.
La Agricultura (biodinámica) fue una respuesta científica al desvarío de la moderna Sociedad Industrial militarista en final del Siglo XIX e inicio del XX. Esa reacción buscó la dinámica en la energía medida en el metabolismo de cada una y de todas las comunidades, individuos y en el planeta, sistema Solar, Galaxia y Universo y puede ser compilada en los libros: “Teoría de la Naturaleza” de W. von Goethe, “Principios de Geología”, de Charles Lyll; “Orígenes de las Especies”, de Charles Darwin; “El Arte en la Naturaleza”, de Ernst Häckel; “El Apoyo Mutuo”, de Prior Kropotkin; La Simbiogénesis”, de Kozo-Poliansky...
La Agricultura biodinámica concebida en el vientre angelical de la República de Weimar, huérfana fue creada primero como enteada del totalitarismo hitlerista, y después, ocultada por los intereses del Complejo Industrial Militar en la efervescencia de la energía fósil líquida (petróleo) de grupos financieros suplantará el carbón mineral estatal y el acumulo de riqueza será transformado en poder e invadirá rápidamente la agricultura dominando sus valores ultrasociales, con concentración de las tierras, mecanización de los suelos, monocultivos centralizados y manufactura de alimentos en cadena energética hegemónica; migraciones y urbanizaciones metropolitanas subhumanas para explosión poblacional y consecuente consumismo y degradación, que permite mayor acumulo de capital financiero.
Esta agricultura moderna, en fase intensiva con nombre de “revolución verde”, donde la más valía ultrasocial pasará a las corporaciones y el subdesarrollo alineará los bloques ideológicos antagónicos hasta el colapso ambiental, climático, sanitario. Esto propiciará reacciones por el resurgimiento de alternativas para la Agricultura, desde las raíces más antiguas hasta la biodinámica reservada como logia o secta hermética en los últimos 80 años.
Cuando, sus místicas, o mágicas son código semiótico hermenéutico de ciencia fuera del alcance mundano o como la astrología se hizo un disfraz de la Astronomía rígida y exacta no comprensible. En ellas la fisiología, vista como brujería pagana para los de estrabismo mercantil, cuando no esotérico, y no fitoquímica del metabolismo secundario de la fisiología bajo el medio, que por ausencia de luces, necesita interpretaciones de aquellas influencias. Pues, la investigación y enseñanza visa solamente el desarrollo de productos a través de patentes y servicios. Meros productos instantáneos de diferentes formas de vida y comunidades. Ignorando las múltiples armonías integradas en un complejo único imposible de ser aislado y analizado en separado por estar incompleto (suelo, sucesión vegetal, serule de microorganismos en el microcosmos en armonía energética de cada ciclo biogeoquímico integrado en sí, en los otros como una dimensión única y parte ultrassocial campesina.
Los profesionistas no aprenden a leer textos, ni a ver la complejidad de la vida. Y el obvio (complejidad ultrasocial) pasa a ser enseñada por los nuevos filósofos en un retroceso abisal. La rebeldía e insurgencia estudiantil desilusionada con la ideología del fin de la historia como distopía busca el hedonismo consumista en la naturaleza desde Woodstock y cada vez más mecanizada.
¿Podrá aquella “agricultura biodinámica” salir de la infancia o juventud sectaria, y entrar en la pubertad para el futuro ultrasocial antropógeno, o caerá en servidumbre del Antropoceno de los ricos en sus “bunkers” o “condomínios cerrados”?
Hasta poco, antes de la pandemia había medios para aprender la sabiduría indígena-campesino, la agricultura biodinámica autóctona y decodificarla en sus preparados (Tierra Prieta Indígena; paúl, composto de lignina; Manejo Kiúkuro del suelo, cobertura vegetal y producción de alimentos y manejo de suelos kashinawa (juninkun)).
Hoy quedamos estupefactos con las fechas astronómicas, pues perdimos sus correlaciones con el clima, las estaciones y las inclinaciones de los astros y satélite natural. Algo que necesita ser redescubierto.
Extrañamos los preparados con plantas, insectos, pescados o microorganismos, que también hacen parte de aquella pérdida, por carencias en la educación o aculturación sobre su valor. Valor que puede ser encontrado en el uso del “placebo” para evitar errores advenidos del método…
¿Será que el filósofo Steiner previa el “poder del mito o de la mística, en la ciencia”? Eso hace copiar plantas de otros pueblos y ambientes, lo que muestra nuestro trasplante y exoticidad geográfica. Necesitamos aprender en la naturaleza sus tesoros locales para sanar esas deficiencias y construir nuestra identidad agroecológica en nuestra naturaleza biodinámica.
Con una naturaleza poco biodiversa, pero muy bien conocida, supo aprovechar su herbolaria. Sin embargo, nosotros deberíamos leer como von Humboldt la sabiduría nativa y transformarla en conocimiento, por lo que los preparados con semilla del roble europeo, puede estar en la Amburana, Quebracho Palo Fierro y otras, de la misma forma que el “milenrama” o “manzanilla” deben ser sustituidas por la flora local.
Es así que dejamos de tener la fascinación por la “3D” del Antropoceno y pasamos al poseer la “4D” del Biopoder Campesino ultrassocial y Antropógeno. La pirámide de base triangular (soportable, justa y viable) en el centro de la esfera del biopoder campesino pasa a crecer y, finalmente, tornase exterior a la misma.
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